Don Fantoche trata de seducirla por teléfono con un movimiento inteligente: —Yo sé que casi no nos conocemos, señorita, pero siento que deberíamos tomar un café.
Pero la jovencita recatada lo revira mejor: —Estoy completamente de acuerdo con usted: prepárese el suyo allá y yo acá me preparo el mío.