Busqué un claro de luna y encontré
a Beethoven tocando una sonata,
las letras hambrientas de Maupassant,
a Debussy entre la Suite Bergamasque,
escenas perdidas de un tal Amadori
e incluso artículos de revista de hace muchos años atrás.
Pero más allá de todo y todos:
si buscas el claro de luna encuentras
inspiración, paz, soledad y redención.
Y en medio de la dulce luz de la luna, estarás tu.