Una noche la muerte besará a tu padre:
muy lentamente se pudrirá sobre una cama,
mientras tu pobre madre llora desesperada
entre torpes intentos por espantarle el cáncer.
Y esto no será todo lo que tu Dios te mande.
“La tristeza con desesperanza siempre mata”:
luego de siete años vendrá la muerte con calma
y besará, también, en los labios a tu madre.
El vacío terrible te enllagará el alma
aunque colmará tu mente de sutil conciencia.
Parecerá injusto pero es la realidad.
Aunque, ¡tranquilo!… Aún está lejos el trauma:
crecerás siete años más con calma e inocencia.
¿Qué puedes suponer a los ocho años de edad?
En homenaje a mi padre y a mi madre.