El capitán, ¡Oh, mi capitán!,
me obsequió un reloj de sol bellísimo:
me encanta y lo agradezco.
Da las horas con exactitud,
mueve sus partes con majestuosidad.
Los engranes se acoplan
a la perfección:
son el más grande conocido
sistema de precisión.
El único detalle es que
mi reloj de sol no es solo mío
se llama Universo y es de todos:
nos lo han obsequiado desde el día que nacimos.
Es perfecto, es hermoso,
y marca los hechos con exactitud y certeza.
Hay que amarlo y agradecerlo:
Es mío, tuyo, nuestro
exacto y majestuoso,
nuestro gran reloj de sol.