No hace falta pérdida
para entender la espiga:
resulta demasía espléndida…
sin morir, agradezco en vida.
Gracias a la venia humana
de arte y conocimiento,
puedo sentirme el alma,
puedo seguir creciendo.
Esto es lo que somos,
y hasta dónde evolucionar,
si así resulta el cómo:
otros diez mil años más.
Ayudaré con lo que siento,
bendeciré con palabras,
callaré ante lo incierto,
sumaremos esperanzas.
Y así otros diez mil años más.