—Sé que no te acuestas con cualquiera; sé que te espanta que únicamente quiera llegar a la cama contigo, ¡pero es que tu eres quien en realidad se adelantó a las cosas demasiado rápido!… Y ese, definitivamente no es mi estilo.
—Acepto que me encantaría hacerte el amor con locura, pero primero pienso cortejarte, abrazarte bajo cualquier pretexto, decirte palabras románticas por montones. Para después besarte los labios delicadamente, luego el cuello con pasión, y poco a poco irme acercando más a ti, para que, cuando estemos en pleno éxtasis de entrega mutua, por más que lo pienses, no puedas recordar cómo demonios es que llegamos hasta ese punto.